Mi historia en el Spartathlon
Por: Leo Bugge
En el mes de Septiembre de año 2010 me enfrenté por primera vez al Spartathlon, sin dudas, a mi entender, la carrera más dura que un atleta puede enfrentar. Mi preparación para la carrera fue excelente, mi primer viaje a Atenas lo compartí con Gerardo Re, Diego Manzur y Marcelo Muzyka.., no tenía ningún plan de carrera o estrategia, lo que fue el primer error de varios que cometí el día de la carrera, sólo habíamos pensado en correr todos juntos y llegar de la misma manera a Esparta, lo cual fue el segundo error.
Estar en la salida del Spartathlon y empezar a transitar las rutas Griegas es algo emocionante e inolvidable, allí íbamos los cuatro amigos, felices en los primeros kilómetros pero rapidamente empezaron los inconvenientes, pasando el km 30 Diego comienza tener problemas físicos y unos 15km más adelante Marcelo empieza tambien a quedarse, los esperamos y tratamos de seguir todos juntos, como habíamos acordado, pero ya nada podiamos hacer por ellos, estabamos perdiendo tiempo y no nos quedó mas remedio que dejarlos atrás.., el error de intentar ir todos juntos pasaba factura desde temprano; cada cual tendría que haber hecho su carrera y a medida que avanzáramos en el camino iríamos haciendo compañeros ocasionales de ruta; ahora que lo pienso, tal vez forzamos la marcha de nuestros amigos…..seguímos adelante con Gerardo con quien llevábamos un ritmo similar y cómodo, del km 80 al 92 el sol cae pesado sobre la ruta y llegando a Antigua Corinto ya en el atardecer, el paisaje es mucho más hermoso, ya no castiga el implacable sol griego y se puede avanzar mejor. Siempre atentos al tiempo, llevábamos 1h15min a favor de un puesto de control al cierre del próximo puesto, indicativo de que íbamos bien, cada puesto está a entre 3 y 4,5km. de distancia.
Leo en el Puente de Corinto, Spartathlon 2010
Y así llegamos a “La Montaña” punto crítico del Spartathlon, hasta aquí estaba enfocado pero entonces llegó el tercer error, no planee nada más allá de superar esa montaña, pensé que pasándola llegaría y me equivoque. La trepada y el ascenso fue emocionante, pero no así la bajada que se me hizo interminable.
Mis problemas comenzaron al amanecer, el sueño fue mi talón de Aquiles, cosa que nunca había tenido en cuenta y lo pague! Es algo que me es muy difícil de manejar y pasando los 172km en Nestani comencé a sentirlo, me estaba quedando dormido de pie, Gerardo tenía que llevarme, me agarraba de su hombro para no caerme del sueño, unos kilómetros más adelante me tuvo que dejar porque de otra manera, los dos nos quedaríamos sin tiempo. Dormí 15min y salí con la sola intención de alcanzar a Gerardo, cuarto error “perdí mi objetivo principal: llegar”. Solo avanzaba para alcanzarlo, llegue a los 202km y allí me derrumbe, mi cabeza y mi cuerpo dijeron basta: alcanzar a Gerardo era imposible. Manthirea se llamaba el lugar en donde me detuve, un lugar que quedó grabado a fuego en mi cabeza…..así terminó mi primera experiencia en el Spartathlon, con demasiados errores.
Volví al año siguiente a Grecia, en 2011, buscando la revancha en el Spartathlon, lamentablemente me recuperé de un desgarro un mes antes de la carrera y para colmo de males una semana antes de viajar me engripe, igualmente viaje hasta Atenas y corrí; tenía el compromiso con la organización de asistir y pagar allí mi inscripción y cumplí con mi palabra.
Minutos antes de largar el Spartathlon 2011
Como siempre el calor estuvo presente, pero a diferencia del año anterior, esta vez hice mi carrera y por esas cosas maravillosas que tiene esta carrera, en el camino encontré un compañero y un gran amigo Hugo Gordillo, de Uruguay. Así debe ser el Spartathlon, salir a correr y disfrutar de los compañeros y amigos de ruta que siempre aparecen a lo largo del camino, para ayudarlos o para que te ayuden, se comparte mucho en esos momentos, hay mucho compañerismo, sin importar el idioma, con gestos y el con mundialmente famoso “OK” todos nos hacemos entender. Gracias al Spartathlon tengo amigos de España, China, Taipei, Italia, Suiza, Dinamarca y muchos otros países.
Me encontré con Hugo en el km 50 y anduvimos juntos hasta Nemea que son 124km, llegue hasta allí sólo por acompañarlo, dentro mío sabía que la carrera ya se había terminado, quería abandonar mucho antes, la gripe no me había dejado con mucha energía y el desgarro hacía que recargara mi peso sobre el otro pie lo que ya me causaba mucho dolor; llegué como pude a Nemea y allí le dije a Hugo que no seguía, fue un momento inolvidable: Nos despedimos con un fuerte abrazo, llorando de la emoción, él siguió adelante y yo me quedé sentado en una silla; al rato quise seguirlo, pero cuando intenté levantarme mi rodilla estaba muy hinchada y era imposible correr, ese fue el fin de mi segundo intento. No hubo revancha en 2011.